Hace algunos días todo el país se conmocionaba por la muerte de la sargento Rita Olivares (ascendida póstumamente al grado de Suboficial Mayor). Es en este tipo de circunstancias en que la opinión pública reconoce el lado humano de quienes resguardan el orden, como que se trataba de una mujer, madre de dos hijos, que pensaba retirarse este año, y que vivía todos los rigores propios de una madre trabajadora que debe sacar a delante a su familia
Atrás quedaron los días de octubre de 2019, en que parte de la protesta no solamente consistía en reclamar por mejores sueldos, pensiones, salud o educación, sino en insultar y provocar a Carabineros, ellos representaban al sistema contra el cual se estaba protestando; por lo tanto, buena parte de la población, tal vez muchos de los que se han conmovido con la últimas muertes de carabineros, consideraron válido rodear a los policías y cantarles “el que no salta es paco”. La presión psicológica que vivieron esos funcionarios fue indescriptible, así como los ataques físicos que recibieron con diversos elementos contundentes y bombas molotov.
Lo triste de todo esto, es que en medio de esa efervescencia social, hubo una gran parte de la población que justificaba el uso de la violencia como medio válido para conseguir derechos sociales.
Volviendo al día de las honras fúnebres de la SOM Rita Olivares, nos llamó la atención que el servicio religioso se llevara a cabo en una iglesia de las Asambleas de Dios. Sí, Rita Olivares era evangélica y de tradición pentecostal. Este tipo de situaciones nos tocan porque muchas veces creemos que “a los hijos de Dios nada nos pasará”, que si somos fieles a Dios, Dios nos tendrá que proteger de todo peligro. Pero estos hechos nos llevan a cuestionarnos esas creencias erróneas, y nos recuerdan que Dios es soberano.
Junto con sentir compasión por el hecho trágico, también nos sentimos vulnerables al entender que no estamos libres de que nos ocurra algo así, pero obviamente, quienes visten el verde uniforme, se encuentran más expuestos a estos peligros, y que haya entre ellos hermanos nuestros en la fe, nos obliga a orar por ellos, pero también a reflexionar respecto a su trabajo.
La función primordial de Carabineros de Chile consiste en “DAR EFICACIA AL DERECHO”, esto significa que son los encargados de hacer cumplir las leyes mediante el uso de la fuerza, si fuere necesario, esto porque el Derecho se caracteriza por garantizar el cumplimiento de sus mandatos mediante este uso de la fuerza; de otra manera, no pasaría de ser un mero sistema moral. El sistema jurídico no se basa en que todos los miembros de la sociedad son buenas personas, ni que cumplirán con los mandatos legales sólo por su buena voluntad. El que una norma sea “obligatoria” en términos jurídicos, significa que si no se cumple el Estado se reserva el uso de la fuerza para hacerlo cumplir.
Es por ello que cuando decae la confianza en las instituciones que tienen el monopolio estatal del uso de la fuerza, también aumenta la delincuencia porque el Derecho se hace menos eficaz.
Esto lo vemos incluso en la Biblia en Romanos 13:1-5…
“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.”
En este pasaje, el apóstol Pablo nos enseña que toda autoridad proviene de Dios, y que quien se opone a la autoridad, a Dios se opone. Es importante destacar que este texto bíblico también justifica el uso de la fuerza por parte de quienes deben hacer cumplir la ley. También señala que quienes tienen el monopolio del uso de la fuerza no están para infundir temor al que hace el bien sino al malo. Esto último implica también que quien está facultado para el uso de la fuerza debe tener DISCERNIMIENTO para distinguir al bueno del malo, cuestión que no siempre es sencilla, y aunque existen protocolos para llevar a cabo sus procedimientos, el juicio y discernimiento para tomar decisiones apropiadas en situaciones de extrema tensión, sigue siendo una virtud importante.
Por eso, junto con orar por nuestros hermanos para que Dios los cuide en sus labores, también debemos orar para que Dios les dé el discernimiento y el dominio propio necesarios cuando deban hacer uso de la fuerza. Ellos no tienen la culpa de las crisis sociales, ni de la desigualdad. Tampoco son responsables de los casos de corrupción en que se han visto involucrados algunos de sus mandos. Tampoco es su responsabilidad que nuestros políticos no quieran diseñar una verdadera Política Criminal de largo plazo para combatir con mayor eficacia la delincuencia y que se queden en “agendas cortas” y medidas efectistas que sólo miren al corto plazo con miras a las próximas elecciones.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”, dice 2 Timoteo 1:7. Deben ser pocas las profesiones en las que se necesita tanta valentía discernimiento y dominio propio como el ser policía, por lo cual es importante que la Iglesia cultive estas virtudes en sus congregaciones, y que nuestros hermanos que visten uniforme las practiquen en sus servicios y que el resto de la hermandad les apoye y les aliente en esta función.
También es importante notar que nuestros hermanos carabineros son todavía una minoría en una institución que tiene a la Virgen del Carmen como su patrona, lo cual puede ser cuestionable en un estamento que representa la fuerza de un estado laico. En ese sentido, muchos de ellos tal vez hayan sentido la incomprensión de sus compañeros, lo cual se suma a la incomprensión de la sociedad por la función policial.
Hasta ahora no se conoce un catastro de cuántos mártires de Carabineros de Chile han sido hermanos evangélicos, pero los que sean, nos deben hacer meditar en que Dios pone a sus hijos en determinados lugares para que Su Nombre sea glorificado, y así como Cristo dio su vida para darnos la salvación, ellos también honran a Dios poniendo sus vidas por amor al prójimo.
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” – Juan 15:13.
Dios bendiga a Carabineros de Chile, en especial a aquellos que llevan la luz del Evangelio vistiendo el verde uniforme.