De nuestro ritual. Sobre los artículos de fe pentecostales – Por Guillermo Pérez García

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Nota introductoria

Entre las diversas fuentes teológicas del pentecostalismo chileno, hay una de gran provecho que, aunque no es suficientemente conocida, se vuelve cada día más necesario visibilizar. Se trata de los 25 artículos de la fe. Estos artículos vienen de la Iglesia Metodista. El pastor fundador del pentecostalismo chileno, Willis Hoover, los conservó en el naciente avivamiento pentecostal para que el movimiento tuviera una sólida base doctrinal. Estos artículos, al provenir de los 39 artículos de la fe de la Iglesia Anglicana, permiten que el pentecostalismo entronque con los temas de la Reforma Protestante y también, aún más importante, con las creencias basales de la religión cristiana.

En esta ocasión en PP hemos querido rescatar un texto sobre la importancia que estos artículos recibían en el pasado. Fue publicado en la Revista Fuego de Pentecostés, de la Iglesia Evangélica Pentecostal, N° 419 de julio de 1964. Su autor fue Guillermo Raúl Pérez García, pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal en Valdivia entre los años 1944 y 2002, ciudad en la que se mantuvo hasta su fallecimiento en 2003. Esperamos que sea una lectura edificante para todo pentecostal que reconoce sus raíces en el avivamiento de 1909, a fin de que las doctrinas fundamentales sean apropiadamente conocidas, estudiadas y difundidas en todas las iglesias que pueden rastrear su origen hasta dicho acontecimiento.

PP

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De nuestro ritual

Empero tú, habla lo que conviene a la sana doctrina” (Tito 2:1)

Una de las preguntas que se le hacen a los miembros que son recibidos en Plena Comunión dice así: ¿Creéis en las doctrinas de las Santas Escrituras según lo enseñan los artículos de fe de la Iglesia Evangélica Pentecostal? La respuesta es: “Si las creo”.

¿Qué es artículo de fe? Es lo que nosotros creemos, lo que hemos recibido de Dios, conforme a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, lo que él ha hecho vida en nosotros.

Nuestros himnarios tienen en sus primeras páginas los artículos de fe explicados uno por uno, lo más sencillo posible, con el propósito de que nuestros miembros tengan a su mano esta bendición de poder escudriñar las Escrituras. Con este mismo fin, las autoridades de nuestra Iglesia acordaron de agregar a nuestros himnarios las referencias bíblicas de estos mismos artículos de fe; también se acordó de agregar otras referencias que con el Padre Nuestro, Los Diez Mandamientos y el Credo de los Apóstoles, son 33 joyas escogidas del tesoro de Dios al alcance de todos nosotros.

El Art. 1º dice: “Hay un solo Dios vivo y verdadero, eterno sin cuerpo ni partes, de infinito poder, sabiduría y bondad, creador y conservador de todas las cosas, así visibles como invisibles. Y en la unidad de esta deidad hay tres personas de una misma sustancia, poder y eternidad; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. Hoy cuando otros niegan la Trinidad de Dios, nosotros creemos y proclamamos esta verdad, segura de ella, pues las referencias bíblicas que trae el himnario en Isaías 63:8-10; Juan 14:25, además las que encontramos en Lucas 3:22; Mateo 28:19; 2 Corintios 13:13 y en 1 de Juan 5:7: tengo aquí muchas otras referencias, pero creo que con estas son suficientes para probar que esta es doctrina con base firme, pues está conforme a las Escrituras.

Imposible sería que en este artículo se pueda comentar de los otros artículos, pero los interesados por conocer más de las cosas del Señor esto les servirá grandemente, pues cada artículo tiene las suficientes referencias bíblicas para comprobar que estamos enseñando lo que dice la Santa Palabra del Señor.

Siguiendo las páginas de nuestro himnario después del Art. 25 tenemos la Oración Dominical, o sea, el Padre Nuestro, que es la única oración que enseñó el Señor Jesús y que la encontramos en Mateo 6:9-13 y en Lucas 11:2-4. Siguen los Diez Mandamientos que corresponden al número 27 y que se encuentran en el libro de Éxodo 20:3-17.

Luego por el número 28 tenemos el Credo de los Apóstoles que es un resumen de la fe de cada cristiano y aceptado por todo el cristianismo, como una oración que debe ser enseñada a cada creyente.

Por el número 29 tenemos “Preliminares”. En ellas encontramos por sus muchas referencias que “Debemos de evitar a los que tienen apariencias de piedad y han negado la eficacia de ella; que es necesario arrepentirse antes de ser bautizado; que hay un castigo de eterna perdición a los que no obedecen al Evangelio; que debemos obedecer y orar por nuestros pastores, soportar y recibir la palabra de exhortación; que el que hace pecado es del diablo; que solo en Jesucristo hay salvación, etc…”.

En el número 30 encontramos que debemos aborrecer el mal y acercarnos y practicar el bien; que no debemos tomar el nombre de Dios en vano; que debemos guardar el día del Señor; que Pablo buscó a los judíos en el día que podía encontrarles reunidos; que el Señor Jesús es el Señor de Sábado; encontramos que la borrachera es un pecado y que serán perdidos los que van tras ese camino, asimismo sucederá con aquellos que riñen y pelean y no procuran vivir en armonía; debemos conversar con caridad de nuestro prójimo; no debemos hacer a otro lo que no queremos que ellos nos hagan a nosotros; nuestro canto, lectura, diversión, vestuario debe ser nuestro fiel testimonio de la fe que profesamos. Abnegadamente debemos vivir una vida agradable al Señor, no debemos amontonar tesoros en esta vida, ni tampoco pedir prestado sin tener la probabilidad de pagar.

En el número 31 nos dice que debemos hacer bien a nuestras almas, a los domésticos de la fe, corriendo diligentemente y con paciencia nuestra carrera cristiana.

En el número 32 encontramos que el salvado asiste a los medios de gracia y activamente colabora en las actividades de su Iglesia, escudriña las Escrituras y lee literatura sana y espiritual; practica la oración privada y familiar; el ayuno, y participa de la Cena del Señor y da a Dios lo que es de Dios y de las otras nueve partes propias practica la liberalidad y hace tesoro en los cielos donde ladrones no minan ni hurtan.

En el número 33 todas sus referencias nos demuestran que debemos obediencia a este reglamento porque su fundamento es la palabra del Señor y todo esto fue seleccionado como alimento espiritual que a los que comemos de él nos hace crecer en gracia para con Dios y los hombres.

En todas las ciudades en que hay lugares de importancia, las autoridades comunales han colocado señalizadores indicando como llegar a ellas. Sea este artículo un indicador de esos para que Ud. mi amado hermano se interese por tener un conocimiento más profundo de las enseñanzas que recibe. Sea Ud. como los bereanos que según las Escrituras fueron más nobles que los de Tesalónica, porque escudriñaban cada día estas cosas para saber si eran así.

Leemos en Los Hechos 18:24 que Apolo era varón poderoso en las Escrituras y fue un obrero útil y esforzado en la obra del Señor. Todo este conocimiento con la unción del Espíritu Santo hará que también nosotros seamos mejores obreros, llevemos muchos frutos y este fruto permanezca.

Dios quiere esto de mí y de Ud. Y Pablo hablando de los dones espirituales nos dice en 1 Corintios 14:12: “Así también vosotros, pues que anheláis espirituales dones, procurad ser excelentes para la edificación de la Iglesia”.

Raúl Pérez G.

Pastor Valdivia

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Agradecemos al hermano Manuel Alveal por haber facilitado acceso a este valioso texto y a la biografía de su autor.

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