Sobre la próxima campaña electoral. A los pastores y obreros – Por Domingo Taucán

taucan retrato

Sobre la próxima campaña electoral. A los pastores y obreros

Pongo en conocimiento de los Pastores y Obreros que habiendome puesto de acuerdo, en mi jira al distrito norte, con los Pastores y Obreros de aquel sector para no comprometernos con ningún Partido Político, ni menos contraer compromisos con los candidatos, aunque personalmente cualquier miembro de la Iglesia es dueño de su conciencia para sufragar por quien desee, pero sin cohecho, puesto que somos ciudadanos libres y limpios por la sangre de Jesús.

También advierto a los Pastores y Obreros que tengan mucha vigilancia dentro de la Iglesia para evitar la propaganda que algunos hermanos débiles puedan hacer, con lo cual vienen muchas ruinas y destrucciones para la Iglesia. Démosle cabida al Espíritu Santo en nuestras Iglesias y desechemos toda impureza del mundo y sigamos amigos de Dios para que Él derrame una gran bendición sobre las Iglesias en general y que nuestro Dios nos conceda su ayuda para cumplir este deseo nuestro y nos bendiga a todos.

Domingo Taucán U.- Pastor y Superintendente general

[Texto tomado de la Revista Chile pentecostal, número 44-45. Noviembre y diciembre de 1936, página 7.]

Comentario de Bastián Jara*

Durante este periodo de “crisis social” en Chile, hemos podido observar una serie de reacciones desde la ciudadanía hacia el mundo político. Estas reacciones han ocurrido en atención a las grandes desigualdades sociales que vivimos cada día los chilenos. Desde las alzas de los pasajes del metro hasta las grandes manifestaciones que se han generado a través del territorio nacional, se produjo en la ciudadanía un estado de conciencia sobre la justicia social y sobre lo que se debe replantear en materias legales y constitucionales. Debido a esto, surgió la idea de producir una nueva constitución, en reemplazo de la antigua para, en cierta forma, resolver los problemas que aquejan a la sociedad chilena.

Dentro de este contexto, han surgido diferentes organismos cristianos (Obispos, pastores, concilios, etc.) convocando a los evangélicos a que se sumen a favor o en contra de la nueva constitución, dependiendo de su posición política. Esta práctica no es ajena a nuestra historia evangélica. Conocido es el caso de los pastores que apoyaron públicamente a Augusto Pinochet y, en el caso contrario, a los que firmaron una carta en contra él a finales de su gobierno, dejando entrever desde este pequeño contexto histórico, que no existe ni ha existido una unidad evangélica sino evangélicos con opiniones y perspectivas totalmente diferentes entre sí.

Sin embargo, llama la atención la forma en cómo actualmente se levantan pastores y obispos, en apoyo y en compromiso a candidaturas políticas que están a favor o en contra de esta nueva constitución (más en contra), acuñando al mundo evangélico en forma unitaria o unificada, siendo que esto es equivoco. En nuestra historia evangélica chilena, nunca ha habido una unidad representativa y el que quiera arrogársela ahora, ignora gran parte de nuestra historia. Es por esto por lo que creo que es necesario saber cuál fue la opinión de quienes fueron nuestros antecesores en el mundo evangélico chileno. Si tenemos en cuenta nuestras raíces históricas quizás podamos observar con más calma el futuro político y religioso que se nos avecina.

Por lo tanto, es necesario traer a la memoria la opinión de un pastor superintendente general de la Iglesia Metodista Pentecostal (IMP) desde el año 1935 hasta el año 1938, el pastor Domingo Taucan Ureta, quien emitió a través de un comunicado su postura política, resaltando la libertad a los laicos para que voten según conciencia, qué curioso, ¿no? Es desde este comunicado que me propongo hacer una apreciación histórica para cuestionarnos lo siguiente ¿es válida la postura del pastor Domingo Taucan en la actualidad? Y también ¿es necesario que la iglesia se involucre directamente en la política o en partidos políticos? Y por último ¿Un pastor debe influenciar en las decisiones políticas de sus feligreses? Esperamos resolver estas preguntas a través de este breve ensayo.

Domingo Taucan Ureta nació en el año 1883 en la comuna de Putaendo. Se convirtió al evangelio en la Iglesia Metodista Episcopal de Valparaíso dirigida por el Pastor W. C. Hoover. Fue mandado a levantar iglesia en Chillan en el año 1923, siendo un pastor dedicado a la labor misionera, abriendo obras en el sur de Chile y sus alrededores. No obstante, el periodo que nos interesa recalcar es el que emprende desde 1935 hasta 1938 en donde se desempeña como superintendente general de la corporación IMP hasta la llegada del Pastor (en ese entonces) Manuel Umaña Salinas. Es en este periodo en el que escribió el pequeño comunicado anterior.

El pastor Taucán, luego de una gira por el sector norte del país, se puso de acuerdo con los pastores y obreros del sector para no adherirse a ningún partido político ni apoyar a ningún político. Esta mirada es muy diferente a la actual, ya que ha habido pastores, obispos y corporaciones que se han organizado para participar directamente en política, e incluso hacer proselitismo por partidos y diputados.  Un grupo de diputados evangélicos dieron vida a la llamada “bancada evangélica”, que además ya se terminó. El problema de esta fórmula (bancada evangélica) es que se cumple en parte lo que dijo Taucán, ya que, si su petición fue que no nos adhiriéramos a partidos ni participáramos en conjunto a ellos para que no cayéramos en descrédito, se ha hecho todo lo contrario y se ha cumplido su presagio. Lamentablemente, esta bancada evangélica ha participado directamente con la derecha chilena, perteneciendo a Renovación Nacional específicamente, sumando a diversos escándalos públicos, el escándalo de la familia Durán. Esta suma de cosas ha dejado en muy mal pie al evangélico criollo, ya que ellos se han adjudicado, de mala manera, el título de los representantes de la iglesia evangélica, aun cuando no representan la diversidad de opiniones de un mundo evangélico tan diverso como el nuestro. En esto debemos reflexionar profundamente, ya que le dan la razón al pastor Taucán 80 años después de haber escrito su carta. Involucrarse en política sin estar limpio, sin separar las cosas y sin prepararse no es el camino indicado.

En segundo lugar, creo que el rol de la iglesia está enfocado en expandir el evangelio y ser de ayuda para su comunidad, pero a la hora de participar en la política debe separar las cosas o prepararse para hacerlo bien, ya que los ejemplos que hemos tenido hasta el momento han sido decepcionantes y han profundizado la crisis de representatividad que estamos viviendo como iglesias evangélicas. Por esta razón es por la que creo que el consejo de Taucán era muy válido para la época y para la actualidad también. El presidente de la época era Arturo Alessandri Palma, quizás uno de los presidentes más influyentes del siglo XX en Chile pero que, por lo demás, no estuvo exento de polémicas por sus medidas gubernamentales, como la constitución del 1925 en su primer mandato y las grandes crisis sociales que vivía la sociedad chilena. Es por esto por lo que la validez del argumento del pastor recae principalmente en el proselitismo político que se hacía en la época, ya que, la población en su mayoría era analfabeta, de clase obrera e influenciada por las elites en todos aspectos culturales y políticos. Las votaciones eran manipuladas para que el patrón votara (firmara) por el obrero y finalmente quedara en el cargo el político por el cual el patrón sentía inclinación política. Por lo mismo creo que, el consejo es acertado, el proselitismo político no debía entrar a la iglesia porque la manipulación era desorbitante y además la iglesia, como lugar físico (el templo), no está diseñada para hacer proselitismo político “…No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.” Genesis 28:17. Creo que ,en parte, el Pr. Taucán lo decía por esta razón y también por el profundo sentimiento de celo por las cosas de Dios. Para él, la política no tenía que reemplazar por ningún motivo el culto y la dirección del Espíritu Santo para que “desechemos toda impureza del mundo y sigamos amigos de Dios para que Él derrame una gran bendición sobre las Iglesias en general y que nuestro Dios nos conceda su ayuda para cumplir este deseo nuestro y nos bendiga a todos.”, claramente, para el pastor Taucán lo “mundano” no debía mezclarse con lo espiritual.

En tercer y último lugar, me parece interesante la postura de Taucán, porque le da libertad a los fieles de votar por quien les diga su conciencia ¿No sería ese un mejor llamado que el de coartar la libre elección política de los fieles? Hoy en día podemos observar que se hacen verdaderas campañas políticas (como por ejemplo, la de David Hormachea). Desde los pulpitos se han dado verdaderos sermones o recomendaciones en favor de votar por políticos pertenecientes a la derecha chilena, como si esa fuera la única solución a los problemas que presenta nuestra sociedad. Sin embargo, ellos no se han hecho cargo de su apoyo en vista de las consecuencias de su discurso a favor de dicho sector político (estallido social, descontento popular, etc.). Creo que el Pr. Taucán fue sensato y visionario al declarar que el voto quedaba a conciencia de los feligreses, ya que el tema no es sumergirse en el mundo político sino convivir con él siendo un buen representante del mundo cristiano, tal como lo fue el Apóstol Pablo, quien usaba los derechos que le otorgaba la ciudadanía romana pero que tenía un testimonio intachable en cuanto a su forma de vivir el cristianismo. En definitiva, el Pr. Taucán me hace pensar que no es el pastor el que debe influenciar en la inclinación política de los fieles, más bien, cada uno de nosotros debería adquirir una conciencia dirigida por Dios, por los estudios personales y/o una adecuada formación autodidacta para dictaminar quién o cuál es el político por el que debemos votar, y quitar de nuestra mente la idea de que tenemos representatividad política solo porque tal persona dice ser cristiana. El mundo evangélico es diverso, amplio y complicado, por lo que los que buscan representarnos debiesen recordar ejemplos como los de Taucán, que daban libertad a los fieles para inclinar su posición política en pos de su conciencia.

Nota: El pastor Taucán en conjunto de los pastores Daniel Venegas y Manuel García finalmente abandonaron la IMP y fueron aceptados en la IEP, dejando así este breve comunicado como fuente para esta breve reseña.

Agradecemos a Manuel Alveal quien nos facilitó los documentos para realizar este trabajo.

*Bastián Jara es estudiante de Historia en la Universidad Andrés Bello, miembro de la Iglesia Metodista Pentecostal de derecho privado y colaborador de PP.

Entradas relacionadas

De nuestro ritual. Sobre los artículos de fe pentecostales – Guillermo Pérez García

marzo 9, 2022

¡Una iglesia muerta nunca puede, ni podrá ser representante del Dios vivo!

diciembre 14, 2021

Iquique, la inmigración y el rol de las iglesias pentecostales

octubre 2, 2021

Categorías