Por Fabián Bravo Vega*
Como cristiano chileno, asistir a un servicio de culto en la Yoido Full Gospel Church ubicada en Seúl, es simplemente una experiencia alucinante. No solamente porque es la iglesia evangélica más grande del mundo, sino también debido a que ésta se encuentra insertada en una de las ciudades más cosmopolitas y tecnológicas del planeta: Seúl. Una ciudad global con todas sus letras. El siguiente texto constituye mi registro a dicha iglesia durante el pasado mes de octubre.
La religiosidad en Corea
Debo partir por mencionar el contexto religioso-urbano donde se desarrolla la iglesia. La presencia de las religiones en el espacio público de Seúl es un hecho evidente: Testigos de Jehová y Hare Krishna presentes en zonas turísticas como en las cercanías del palacio Deoksugung, evangélicos fundamentalistas con grandes pancartas y pendones milenaristas, anunciando el fin del mundo y el infierno como destino de aquellos que rechacen a Jesús; miembros del movimiento Falun Gong meditando en pleno centro de la ciudad, carismáticos alabando en el famoso barrio de Myeong-dong, monumentales templos budistas en medio de enormes rascacielos como el templo de Bongeunsa, ubicado en el exclusivo sector de Gangnam, etc. Es decir, una infinidad de sistemas de creencia y alternativas de sentido -algunas más vigentes que otras- que coexisten en esta futurista megalópolis.
Históricamente, la religiosidad coreana está compuesta por el budismo, el confucionismo y un tipo de chamanismo indígena que se influencia de ambos sistemas. El primer contacto con el cristianismo se da a partir de misiones católicas a finales del siglo XVIII, las cuales fueron perseguidas por parte de la monarquía de la época. Posteriormente en los inicios del siglo XX el protestantismo, representado por el presbiterianismo, se consolidará como movimiento misionero y experimentará un importante crecimiento. A diferencia de otros países de Extremo Oriente, el cristianismo goza de aceptación en dicho país en parte gracias a que constituyó un símbolo de resistencia a la ocupación japonesa desde 1910 hasta 1945. Es una religión que pudo ser asimilada como parte de la cultura coreana. Con posterioridad, la Guerra de Corea en los años 50, propiciará aún más un acercamiento con la cultura occidental cristiana (1).
Respecto de la religiosidad evangélica propiamente tal, cabe consignar que el contexto coreano se caracteriza por ser un protestantismo fuertemente pentecostalizado. Incluso antes de la llegada formal del pentecostalismo -finales de la década de 1920-, las iglesias protestantes mostraban signos carismáticos como parte de un avivamiento general a comienzos del siglo XX (2). Este es un rasgo identitario que se mantiene hasta el presente.
Sobre la Yoido Full Gospel Church y la vivencia misma del culto
La iglesia Yoido Full Gospel Church es una congregación de corte pentecostal misionero derivada de las Asambleas de Dios, fundada en 1958 por el pastor Cho Yonggi y por su suegra, la pastora Choi Jashil. Sus bases teológicas se estructuran en torno a lo que denominan el Evangelio Quíntuple: Salvación, Llenura del Espíritu Santo, Sanidad Divina, Bendición, El Cielo y la Segunda Venida (3).
Hoy esta megaiglesia posee un extenso complejo institucional compuesto por organizaciones como la Corporación de Bienestar Social Elim o la Universidad de Hansei. Asimismo, cuenta con más de tres cuartos de millón de miembros, siendo la congregación independiente más grande del mundo. El templo tiene una capacidad para 26.000 personas sentadas celebrando servicios domingos, miércoles y viernes en la mañana. Se encuentra ubicada muy cercana al edificio del Poder Legislativo en Seúl (la Asamblea Nacional) y abarca una extensa manzana compuesta por varios inmuebles.
Respecto de la experiencia litúrgica debo señalar que la Yoido Full Gospel Church pareciera ser casi un maridaje entre una religiosidad encantada y una sociedad hipermoderna. Los coreanos no se caracterizan por ser personas muy expresivas en términos de sus afectos en el espacio público, en general, no es usual ver parejas de la mano o abrazadas, mucho menos besándose en las calles. Asimismo, la interacción en ciertos espacios como el metro es prácticamente nula. Sin embargo, en la iglesia se da un fenómeno interesante ya que emerge una sociabilidad basada en los afectos, donde la dimensión emocional adquiere una preponderancia como vínculo social.
En relación al contenido de la prédica, ésta se presenta como un relato bastante ameno con una fuerte estructura testimonial y anecdotaria. Bajo esta lógica, guarda coherencia con las prédicas pentecostales de otros contextos, como una teología de la experiencia. De esta manera, el Amor de Dios, el fruto del Espíritu, el testimonio de Jesucristo, son tópicos hábilmente desarrollados a través de un storytelling directo, altamente pragmático y lleno de ejemplos cotidianos. Sin mayores pretensiones, el relato ameno y fácilmente digerible. Este aspecto es un rasgo característico del evangelicalismo, el cual se define como una categoría de iglesias que presentan como rasgo común el énfasis en la experiencia religiosa evangélica sin necesidad de entrar en grandes debates teológicos.
Luego de un tiempo de alabanza llega el momento de las ofrendas, el cual se realiza de forma expedita y breve, través de sobres que son retirados por ujieres bien entrenados. En este contexto debo mencionar que el nivel de producción en cada culto es de primer nivel, transmitido mundialmente a través de internet, con un coro de alabanza colosal. El templo cuenta con un sector especialmente para extranjeros, con traducción simultánea en español, inglés, chino y japonés.
Sin embargo, el clímax del culto ocurre poco antes de finalizar la reunión, cuando el pastor principal invita a todos los presentes a ponerse de pie y orar en lengua por los más distintos motivos personales, focalizando la oración en temas de sanación y bienestar material. Desde el púlpito y acompañado por sus ministros, intercede orando e insta a colocar las manos en determinadas zonas del cuerpo según el tipo de necesidad y también a orar hacia una cierta orientación geográfica, rasgo propio de la teología de la Guerra Espiritual. Los ministros distribuidos estratégicamente por todos los sectores comienzan a moverse ágilmente, subiéndose a las bancas, atravesándolas hasta llegar a determinados hermanos para imponer sus manos con un estado físico envidiable. Este momento es un éxtasis absoluto, miles de voces practicando y buscando la glosolalia, simplemente estremecedor.
Consideraciones finales
En síntesis, la experiencia en la YFGCh me permite comprender el impacto del pentecostalismo a nivel mundial, presentado como una religiosidad propia de un mundo globalizado, donde los límites de lo sagrado y profano se desdibujan construyendo un sentido de pertenencia e identidad translocalizada. Es decir, una fe que no se encuentra supeditada a una matriz cultural sino que se presenta como un sistema versátil y adaptable (4). Desde esta perspectiva, los elementos recién descritos no son tan distintos de lo que puede evidenciarse en otros contextos pentecostales y carismáticos. Por ejemplo, mucho de su estructura litúrgica me recuerda bastante a la IURD (Iglesia Pare de Sufrir). Asimismo, en los últimos años esta organización no ha estado exenta de polémicas y controversias que la vinculan con delitos de estafa y corrupción. Tal como otras congregaciones de esta naturaleza (5).
Como conclusión general considero que una sociedad marcada por la coexistencia entre tradición y modernidad no debe ser comprendida como una relación antagónica sino más bien un paisaje donde ambas estructuras se retroalimentan. En este caso, los procesos de modernización adquieren un sello influenciado por su contexto tradicional y a la vez, las tradiciones son reconfiguradas al tratar de adaptarse al nuevo orden, generando una forma específica de modernidad (6).
En suma, el pentecostalismo es una religiosidad que no deja de sorprendernos, con mucha razón ha sido descrito como el movimiento religioso más dinámico y de crecimiento más espectacular que se haya visto en estos tiempos.
*Académico Universidad Central e investigador de la Sociedad Chilena de Ciencias de las Religiones.
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Bibliografía y referencias
(1) MacCulloch, D. (2013). Historia de la Cristiandad. Barcelona: Debate.
(2) Anderson, A. (2007). Pentecostalismo Global y religión en Asia. Cultura y Religión, (1)1, 126-144.
(3)Roy, O. (2010). La santa ignorancia. El tiempo de la religión sin cultura. Barcelona, España: Península.
(4) De la Torre, R. (2008). La imagen, el cuerpo y las mercancías en los procesos de translocalización religiosa en la era global. Ciencias Sociales y Religión/Ciências Sociais e Religião, 10(10), 49-72.
(6) Casanova, J. (2007). Reconsiderar la Secularización: Una perspectiva comparada mundial. Revista Académica de Relaciones Internacionales, 7, 1-20.